MAIA LANCE
"LA PIADOSA"» NIVEL « Nivel uno.
» EDAD « 21 años.
» ORIGEN « Nació en un pueblo portuario de Inglaterra.
» OFICIO « Pirata.
»OCUPACIÓN PASIVA« Pescadora, tendera, sirvienta, en fin, un poco de todo.
» APARIENCIA FÍSICA « Maia es una joven de aspecto simpático. Su cabello es largo y negro azabache, y sus ojos son oscuros como el café solo. Su piel es morena, demasiado oscura para ser blanca y demasiado blanca para ser negra. Suele llevar un corte de pelo desaliñado, pues se lo corta ella misma con su sable, y por ese mismo motivo suele recogérselo en una trenza o coleta baja. Lleva flequillo, mal cortado a propósito, para que le tape una cicatriz que tiene encima de la ceja izquierda, que nadie sabe que tiene.
Posee una bonita sonrisa de labios carnosos y dientes blancos que contrastan con su piel, haciendo que tenga una sonrisa preciosa.
Maia tiene las piernas largas, así como los brazos, cosa que le ayuda a trepar por cualquier parte y así poder escapar de todos los peligros.
Suele vestir blusas de colores claros y chillones, preferiblemente de tirantes, conjuntadas con pantalones usualmente ajustados y cómodos, y normalmente calza unas botas de caña alta y color marrón.
No hay mucho más que contar acerca del aspecto físico de Maia, excepto que siempre lleva su sable en un cinturón ajustado a la cintura, y cuchillos de lanzar escondidos en cualquier parte, preferiblemente en sus botas.
» PERSONALIDAD « La personalidad de Maia no encaja con la de un pirata común. Maia es tímida, amable y simpática, en ocasiones graciosilla, pero jamás sería despiadada y capaz de vender a su madre por tres barriles de ron.
En lo único en lo que se parece a un pirata es en que es algo manipuladora, sería capaz de persuadir de cualquier cosa a alguien con solo hablar un rato con él, aprovechándose de su aspecto inofensivo.
Lo que si que es verdad es que no es capaz de ver sufrir a nadie, por lo que se ha ganado el apodo de "la Piadosa", no es capaz de matar a nadie y si debe hacerlo siempre se las apaña para escaquearse y no hacerlo.
Por lo demás es dulce y simpática. Habla en sueños, y detesta que se lo recuerden, así como que le pregunten cómo se hizo la cicatriz de su frente.
» PASATIEMPOS « Contemplar atardeceres, pescar, cantar, o simplemente quedarse meditando.
» MIEDOS & FOBIAS « A perderlo todo por una decisión absurda.
» DETALLES EXTRAS « -Siempre habla en sueños, y es sonámbula, y odia que se lo recuerden.
-Su posesión más preciada es su perro Sirius, que es un perro negro sin raza.
- Sirius:
» ARMAS « Un sable, una daga, y varios cuchillos de lanzar
- armas:
El sable
La daga
Los cuchillos
» HISTORIA « Todo sucedió una tarde cualquiera en alguna parte de Inglaterra, cuando un noble inglés se enteró de que la criada con la que se había acostado una semana atrás estaba embarazada. No podían permitir un error como ese, aquella criada no podría tener a su bebé, por lo que le ofrecieron dos opciones:
La primera, matar a su bebé.
La segunda, abandonarlo.
La mujer, llorosa, optó por la segunda opción. Aquel niñito iba a estar nueve meses en su vientre, y no quería matarlo, sabía que no sería capaz. Así que nada más dar a luz, aquella criada fue de viaje a un apacible pueblo portuario, aparentemente a visitar a unos parientes. Y dejó a su pequeña hija en la puerta de una casa.
Unos minutos después, la niña sintió frío, y comenzó a llorar. En el interior de la casa, una mujer como otra cualquiera limpiaba pescado, y escuchó el llanto de un bebé. Intrigada, abrió la puerta, y se encontró una graciosa niña dentro de un canasto de fruta vacío. Y la acogió como a su hija. El nombre de aquella niña fue Maia Lance.
Maia creció con su nueva familia, sabiendo que no eran sus padres biológicos, pero queriéndolos como a nadie en el mundo. Su padre la enseñó a pescar, pues era pescador, y su madre le explicaba cómo regatear los precios a la hora de vender el pescado.
Cierto día, unos piratas asolaron el puerto. Maia había salido del pueblo, a un bosquecillo cercano a jugar con otras niñas. Por aquel entonces no tenía más que ocho años. Cuando regresó, las calles estaban desiertas. Se podían ver puestos del mercado destrozados, vacíos, y con los toldos manchados de sangre. Maia, asustada, corrió a su casa, y no encontró a sus padres. Preocupada, se echó a llorar. No entendía qué estaba sucediendo, nunca había sufrido un ataque pirata, y no era capaz de plantearse que tal vez sus padres estuvieran muertos.
Resultó que sí lo estaban. Maia tuvo que vivir entonces en las calles. Como sabía pescar y vender, intentó ganarse la vida, pero nadie tomaba en serio que una niña vendiera pescado en el mercado, de modo que no ganaba dinero y no tenía modo alguno de buscarse comida.
Un día una mujer anciana llegó al pueblo y la vio tirada en un rincón de una calle oscura, estaba muy delgada, y ni siquiera le quedaban lágrimas que derramar. Aquella mujer se la llevó del pueblo, apiadándose de ella, y prometiéndole un lugar donde descansar y poder vivir. Hicieron que fuera la pequeña sirvienta de una familia noble, y Maia empezó a trabajar como nadie.
Pronto empezó a odiar aquella vida, contemplando cómo los hijos de los nobles disfrutaban de todo tipo de lujos y riquezas, y ella mientras estaba trabajando como una mula. Los envidiaba tanto...Por las noches escuchaba a hurtadillas los cuentos que su encargada les contaba, y por casualidad escuchó hablar de un gran tesoro enterrado por piratas.
Maia empezó a deducir. Si ella encontraba aquel tesoro, tendría la posibilidad de ser rica y gozar de la buena vida, y ya de paso ser la reina de los piratas que tanto odiaba. No era mala idea. Así que esa misma noche se escabulló de su tarea y huyó. Fue al pequeño pueblo de su infancia, recordando que allí había barcos, y se embarcó en uno. Lo robó. Ya tenía dieciséis años y era perfectamente capaz de controlarlo todo.
El barco estaba vacío, y por lo tanto pasó a ser de su propiedad. Tan solo había un cachorro de perro negro, sin raza, al que llamó Sirius. Y Maia se lanzó a la aventura. Iba predicando que era pirata por todas partes, y cierto día se enfrentó a otros piratas que se burlaban de ella por no tener tripulación.
Maia ganó. El capitán insistió en que acabara con su vida, que era preferible morir que vivir con la carga de haber sido vencido por una chica. Pero ella no fue capaz. Le dijo que le perdonaba la vida, y simplemente se fue. Se corrió la voz de que Maia le había perdonado la vida a un pirata, y, como todos los rumores, fue cambiando hasta decirse que ella disfruta humillando a los piratas y luego dejándolos con vida.
Otro de sus grandes problemas fue que por ser pirata muchos querían cazarla para ver si obtenían alguna recompensa por su cabeza, y ella no tuvo más remedio que matarlos...de lejos. Como no soportaba ver sufrir a nadie, simplemente lanzaba sus cuchillos y hasta que los otros no murieran no iba a buscarlos.
Y su tremendo error fue matar gente importante. Desde entonces la buscan y prácticamente no puede parar en ningún sitio, siempre tiene que estar guardándose las espaldas. Todo por no saber quiénes eran aquellos hombres a los que mató.