Adorable { Edward Newgate }

La puesta de sol de esa tarde era en verdad hermosa. Amaba esa parte del dia. La forma en la que el sol se ocultaba me parecía tan misteriosa y hermosa.

Abrazaba con fuerza a mi pequeño Shoko, mi muñeco pirata. Lo había obtenido hacía poco, mientras estábamos anclados en una pequeña isla, no muy lejos de aqui. Una niña me lo habia obsequiado y yo ya no podía salir sin él.

Estábamos en el puerto, en Inglaterra, recien llegados. Estaba un poco cansada, por lo que había solicitado a mi papi ir a descansar. Nos alojabamos en una taberna, a pesar de las muchas objeciones, de que este no era lugar para una niña. En realidad a mi no me molestaba en lo absoluto, pero de todas formas, no quería dar problemas, asi que ahora estába recargada en el barandal de mi habitación mirando hacia el sol.

Despues de haber estado todo un arduo dia por el mar haciendo lo que mejor sabia hacer, tocaba el momento de descanzar, dado que no podiamos arriesgarnos a quedarnos en el barco por los sucesos de la marina fuimos a quedarnos a una taberne el mejor sitio para que durmiera mi pequeña aunque no fuera un lugar para ella, no me gustaba mucho que tuviera una vida cerca de piratas pues ello podia causar que pidieran recompensa por mi niña y eso no lo permitiria, baje por unas cobijas para Sunny, un poco de agua y por una botella de ron para mi, al subir la mire viendo hacia el cielo sabia lo mucho que le gustaba ver las puestas de sol, deje la botella de ron en una repisa y las cobijas sobre la cama pues la noche era bastante fria, me acerque a mi niña y le coloque la botella de agua a un lado - bonito verdad princesa? - dije refiriendome a la puesta de sol tan hermosa que se presenciaba frente a nosotros

Acaricie el cabello de mi pequeña Sunny sonriendo con suavidad feliz por tenerla a mi lado, ella rescataba con su presencia la poca humanidad que habia en mi, le di un beso en la frente y me sente a su lado, mire el cielo junto con ella recordando aquellos tiempo en altamar peleando contra los piratas, la marina e incluso contra el gobierno que impedia que los piratas fueran grandes navegantes, esos tiempos en los cuales miraba el cielo para poder responderme a mi mismo el por que de la vida que habia tenido y una posible respuesta del por que ser un pirata, despues de todo no lo supe nunca - estas comoda aqui princesa? si gustas podemos regresarnos al barco ahi estaras mas comoda - dije sonriente pues seguia pensando qu eel sitio no era bueno para mi pequeña